Álvaro Neil, el biciclown, llegó a Mongolia en bicicleta tras casi 85.000 kilómetros. Desde el año 2.004 ha elegido vivir en el camino: es un nómada que dibuja sonrisas a su paso con sus espectáculos de clown. En un orfanato a las afueras de Ulaan Bator, la capital de Mongolia, tratará de ofrecer uno más. Pero todo parece complicarse inexplicablemente. La vasta estepa mongola nos permite escuchar sus reflexiones más íntimas, y asistir a sus espontáneos y originales encuentros con los locales, donde el único lenguaje posible es el más antiguo: La Sonrisa del Nómada.